En España no ha sido una excepción. De hecho, el videojugo se ha convertido en la primera opción de ocio audivisual y cutural del país; posición que afianzó en 2019. Durante dicho año, el videojuego facturó cerca de 1.500 millones de euros, gracias, entre otras cosas, a la comercialización de algo más de un millón de consolas, alrededor de 4,3 millones de accesorios y más de 8,4 millones de videojuegos. Entre estos videojuegos destacan, no obstante, aquellos relacionados con tramas de acción, deporte y los juegos de rol. Ahora bien, son las ventas online las que más contribuyen a las arcas de la industria, representando ya más de la mitad de la facturación total.
El ague de las plataformas y, especialmente, de las aplicaciones online explica el cada vez mayor uso del smartphone por parte de los jugadores españoles. Y es que, si bien la consola de sobremesa sigue siendo el dispositivo preferido por la mayoría de gamers, sobre todo entre niños y adolescentes, su distancia con respecto al teléfono inteligente se reduce anualmente. Es más, en 2019 era ya la segunda opción más elegida por la población para jugar, pese al rotundo éxito en la última Navidad de consolas portátiles como la PS4, 3DS o la Switch.