Pérdida de la confianza
No es de extrañar que ante este panorama un 46% de los españoles piense que casi todos los políticos son corruptos. En este sentido, tanto el Gobierno como la oposición tienen una ardua tarea por delante si desean lavar la imagen de la política nacional. Y, si a ello se suma la gran cantidad de indultos concedidos, tampoco sorprende que la población haya perdido la confianza en el sistema legal.
Pero no solo los políticos han protagonizado casos de corrupción sonados. La Casa Real española tampoco se salva y son varios los escándalos que salpican a esta institución desde hace años. Ya en 2008 el rey emérito Don Juan Carlos I recibió donaciones por valor de 100 millones de dólares del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí, que fueron ingresadas en cuentas suizas a nombre de la Fundación Lucum. Posteriormente, otro miembro de la familia real, Iñaki Urdangarin, fue imputado en el caso Nóos en 2011 y condenado por actos de prevaricación, malversación de fondos, fraude y tráfico de influencias. También se vio envuelta su esposa, la Infanta Cristina, si bien esta última salió absuelta.
El resultado de todo ello es una ola de desencanto en gran parte de la población que se cuestiona si realmente la monarquía es necesaria en España en pleno siglo XXI o podría ser sustituida por otro tipo de régimen.
La corrupción a nivel mundial
Pero no es España la única afectada por la lacra de la corrupción. Según el Índice de Percepción de la Corrupción mencionado anteriormente, la situación del país es mejor que la media global, ya que ocupa el puesto 34 de un total de 180. Los países más afectados por la corrupción en 2020 fueron Somalia, Sudán del Sur y Siria. Por el contrario, en la cara positiva de ese mismo ranking se encontraron Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia, que son percibidos como los países menos corruptos del mundo.