En el caso del turismo doméstico, caracterizado por la visita a familiares y amigos y las vacaciones en segundas residencias, una quinta parte de los viajes incluyó alojamiento en establecimientos hoteleros. Así, las estancias de los turistas, tanto españoles como residentes en el extranjero, dieron como resultado un total de 343 millones de pernoctaciones, la mayoría en hoteles de 4 estrellas. La estancia media ascendió a 3,2 días y el grado de ocupación, indicador clave del sector junto a la tarifa media diaria (ADR) y los ingresos por habitación disponible (RevPAR), superó el 60%. En los meses de julio y agosto, sin embargo, la ocupación superó el 70% en el conjunto de hoteles del país. Una ocupación que, sin duda, contribuyó a que el sector diera empleo de media a más de 200.000 personas.
A la vista de esos datos, no es de extrañar que sean muchas las grandes cadenas hoteleras españolas, de las que cinco destacan sobre el resto, tanto por número de habitaciones como por facturación anual: Meliá Hotels International, Riu Hotels & Resorts, Iberostar Hotels & Resorts, NH Hotel Group y Barceló Hotel Group. La primera de ellas, con sede en Palma de Mallorca, facturó en 2018 casi 2.950 millones de euros y es la gran cadena española con la mayor oferta de habitaciones en España y en el extranjero. De hecho, solo se ve superada en el apartado de hoteles fuera de España, ranking dominado por NH Hotel Group y sus más de 250 hoteles en el extranjero. Mención aparte merece la red estatal de Paradores de Turismo, que posee el cuarto mayor número de establecimientos en territorio nacional (96).