Ante tal realidad, el cine español tampoco puede dar la espalda. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España reconoció que el futuro del cine es incierto. El presupuesto concedido para ayudas a la cinematografía española en 2019 se ha reducido considerablemente con respecto al año previo, situándose por debajo de los 50 millones. La gran mayoría de ellas se destinaron a la producción sobre proyecto de filmes con una duración superior a los 60 minutos, pese a que la producción de cortometrajes en España es mucho mayor. En concreto, solo en 2019 se finalizaron más de 400 producciones cinematográficas de este tipo, duplicando casi el número total de largometrajes producidos en dicho año. Eso sí, em ambos casos se ha distinguido un factor común: el dominio del drama. Y es que, junto a la comedia y el thiller, este fue el género predominante de las producciones de cine español rodadas en la temporada 2019.
Si bien las previsiones previas a la pandemia de COVID-19 apuntaban a que a cierre de 2020 la industria cinematográfica en España habrá recuperado ya los niveles de facturación de 2011, lo cierto es que 2019 no fue un año especialmente brillante para el cine nacional. El número de espectadores en los cines españoles creció con respecto a 2018, pero la mayoría de ellos acudieron a las diferentes salas para ver filmes extranjeros. En concreto, menos de 16 millones de personas vieron producciones nacionales en la gran pantalla, la cifra de espectadores más baja registrada por los largometrajes españoles desde 2013. Un resultado que se tradujo en casi 11 millones menos en taquilla.