El producto interno bruto de Argentina – Datos estadísticos
Con un producto interno bruto cercano a los 621.833 millones de dólares en 2023, Argentina se ubica entre los cinco países con mayor PIB de América Latina, sólo por detrás de Brasil y México. A pesar de su relevancia en la economía regional, las frecuentes crisis económicas han conducido a un estancamiento en su crecimiento económico durante los últimos 12 años. Esta tendencia se ha agudizado en el último lustro, reflejada en indicadores como el PIB desestacionalizado, por ejemplo, que descendió un 2,6% en el primer trimestre de 2024 comparado con el mismo periodo del año anterior.
Pero no solo eso. Además de la agroindustria, Argentina posee una elevada capacidad productiva en el sector mineral, que ha experimentado una notable expansión en los últimos treinta años gracias al descubrimiento de uno de los yacimientos de litio más grandes del mundo. Asimismo, la producción de gas y petróleo ha aumentado significativamente —especialmente en la formación geológica de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén—.
Con respecto a la distribución regional, la nación del tango se encuentra altamente centralizada, sobre todo en los centros urbanos. La Provincia de Buenos Aires es la principal contribuyente al PIB, con un 32,5% del total, seguida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que aporta un 19,7% del total.
Entre las principales lmitaciones que el país enfrenta cuando desea potenciar su crecimiento se encuentra la deuda pública. Al representar esta más de un 80% del PIB nacional, ha supuesto un importante obstáculo a la hora de conseguir financiamiento externo, así como de invertir en el desarrollo de su industria, puesto que el 61,8% del total debe ser devuelto entre 2023 y 2029.
¿Cómo está compuesto el PIB argentino?
El producto interno bruto de Argentina se caracteriza por una fuerte presencia del sector terciario o de servicios, donde el turismo desempeña un importante rol al contribuir con cerca de unos 1,3 billones de pesos argentinos. Por otra parte, la gran diversidad de recursos naturales ha fomentado una fuerte dependencia de la agricultura y la ganadería por parte del una vez llamada “granero del mundo” a la hora de generar ingresos. No en vano, el sector primario representa actualmente un 6,64% del PIB total gracias a que la nación albiceleste goza de una posición de liderazgo en la exportación de productos tales como la soja, la carne, el maíz, el trigo o la cebada.Pero no solo eso. Además de la agroindustria, Argentina posee una elevada capacidad productiva en el sector mineral, que ha experimentado una notable expansión en los últimos treinta años gracias al descubrimiento de uno de los yacimientos de litio más grandes del mundo. Asimismo, la producción de gas y petróleo ha aumentado significativamente —especialmente en la formación geológica de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén—.
Con respecto a la distribución regional, la nación del tango se encuentra altamente centralizada, sobre todo en los centros urbanos. La Provincia de Buenos Aires es la principal contribuyente al PIB, con un 32,5% del total, seguida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que aporta un 19,7% del total.
El impacto de la crisis en la economía argentina
Uno de los principales desafíos del actual gobierno liderado por Javier Milei es mejorar la situación socioeconómica de la población. Los altos niveles de inflación han colocado a Argentina ante uno de los peores escenarios económicos de la región. En particular, la fuerte caída del salario mínimo, el incremento del desempleo y la subida de los precios de los alimentos han provocado un aumento de la pobreza sin precedentes en los últimos 15 años, con el consecuente repliegue del consumo y la actividad económica. Por ello, no sorprende la previsión regresiva del PIB per cápita hasta 2025, que podría descender hasta un 16,3% respecto de 2023.Entre las principales lmitaciones que el país enfrenta cuando desea potenciar su crecimiento se encuentra la deuda pública. Al representar esta más de un 80% del PIB nacional, ha supuesto un importante obstáculo a la hora de conseguir financiamiento externo, así como de invertir en el desarrollo de su industria, puesto que el 61,8% del total debe ser devuelto entre 2023 y 2029.
