Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra hoy, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha publicado su última Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. El informe evalúa anualmente la situación para el ejercicio de la actividad periodística en 180 países y territorios del mundo. En esta vigesimoprimera edición, de 2023, los analistas internacionales que han participado en el estudio han tenido en cuenta cinco indicadores para dar una visión de la libertad de prensa que tenga en cuenta el marco jurídico, el contexto político, económico, sociocultural y de seguridad de cada territorio analizado.
La organización destaca que la clasificación de este año “revela grandes cambios, en ocasiones radicales, vinculados con la inestabilidad política, social y tecnológica”. RSF llama la atención sobre la subida de 18 puestos de Brasil, “debido a la marcha de Jair Bolsonaro, cuyo mandato estuvo marcado por una fuerte hostilidad contra los periodistas”, y la bajada de 31 de Senegal, con respecto al ranking del año 2022.
El organismo también alerta de “los dramáticos efectos sobre la libertad de prensa de 'la industria del engaño' en el ecosistema digital” y del auge de la desinformación en todo el mundo. RSF señala que “el impresionante desarrollo de la inteligencia artificial (IA) generativa está sacudiendo el ya de por sí frágil universo mediático”.
La situación de la libertad de prensa es “muy grave” en 31 países, “difícil” en 42 y “problemática” en 55, mientras que es “buena” o “bastante buena” en 52 países. Con respecto a la clasificación mundial, Noruega ocupa el primer lugar de la lista por séptimo año consecutivo, seguida de Irlanda y Dinamarca. En la parte baja de la clasificación, el trío final está formado por países asiáticos: Vietnam (posición 178), China (179) y Corea del Norte (180) son los países más represivos para la prensa.
La organización apunta que América ya no tiene ningún país en verde en el mapa de la libertad de prensa. Costa Rica, que en 2022 se mantenía como el último bastión de la región con una situación “buena”, ha cambiado de categoría este año y actualmente ocupa el puesto número 23 en la clasificación mundial, habiendo perdido 15 posiciones respecto al año pasado “debido a un retroceso muy marcado de su puntuación política”. Cuba (posición 172) se mantiene, como el año pasado, a la cola de la región debido a que “la censura se intensifica y la prensa sigue siendo monopolio del Estado”, según el organismo.
España, por su parte, se encuentra en el puesto 36 en el informe de este 2023, con una situación “más bien buena”, aunque ha caído cuatro puestos con respecto a la clasificación de 2022. RSF destaca que en el país “crece la polarización política en los medios” y los profesionales de la comunicación padecen "una precariedad ya cronificada".