A mediados de diciembre de 2022, 533 periodistas estaban encarcelados en el mundo por ejercer su profesión, de los cuales más del 25% había sido enviado a prisión durante ese año, según datos de Reporteros Sin Fronteras.
En consonancia con la consolidación del control del país por parte del presidente Xi Jinping y la aplicación de estrictos controles sobre los medios de comunicación, China ha vuelto a revalidar este año su título como la mayor cárcel del mundo para periodistas, con 99 profesionales de la información encarcelados allí (más once en Hong Kong). Aunque el número de periodistas presos se ha reducido ligeramente respecto del año pasado y no ha habido nuevos encarcelamientos en 2022, Reporteros sin Fronteras aclara que esto “no es tanto un signo de mejora de la situación como el resultado de una represión implacable, de una censura cada vez más férrea y de una vigilancia extrema”.
Del mismo modo, la disminución de los encarcelamientos en Turquía no representa una mejora de la suerte de los medios de comunicación turcos. Más bien refleja el éxito de los esfuerzos del presidente Erdogan por reprimir la información y la crítica independientes. Decenas de periodistas que no están actualmente en la cárcel en Turquía están aún pendientes de juicio o apelación y podrían ser condenados, mientras que otros que han sido condenados en rebeldía podrían enfrentarse a largas temporadas entre rejas a su regreso al país.
La actitud de Arabia Saudí hacia el periodismo crítico apenas necesita presentación tras el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi. En 2022 había 26 periodistas encarcelados en ese país.