Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra hoy, Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó su última Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. El informe evalúa anualmente la situación para el ejercicio de la actividad periodística en 180 países y territorios del mundo. En esta edición, de 2024, los analistas internacionales que han participado en el estudio han tenido en cuenta cinco indicadores para dar una visión de la libertad de prensa que tenga en cuenta el marco jurídico, el contexto político, económico, sociocultural y de seguridad de cada territorio analizado.
La organización destaca que “cuando más de la mitad de la población mundial está convocada a las urnas en 2024, RSF advierte de un importante fenómeno revelado por la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024: el declive del indicador político, uno de los cinco que componen este índice. Los Estados y las fuerzas políticas, independientemente de su orientación, desempeñan un papel cada vez menor en la protección de la libertad de prensa".
El organismo también alerta que, “en el arsenal de la desinformación con fines políticos, el uso de la IA generativa en un contexto de no regulación también es fuente de inquietud. Los deepfakes ya son una herramienta de primer orden para influir en el curso de las elecciones". RSF señala que, además, “muchos gobiernos ejercen un control cada vez más estrecho sobre las redes sociales e internet: restringen el acceso, bloquean cuentas y borran mensajes con contenido informativo".
La situación de la libertad de prensa es “muy grave” en 36 países, “difícil” en 49 y “problemática” en 50, mientras que es “buena” o “bastante buena” en 45 países. Con respecto a la clasificación mundial, Noruega ocupa el primer lugar de la lista por octavo año consecutivo, seguida de Dinamarca y Suecia. En la parte baja de la clasificación encontramos los países más represivos para la prensa: Afganistán (posición 178), Siria (179) y Eritrea (180).