. De hecho, prácticamente duplicó los ingresos generados por el agua durante 2023, una tendencia que tiende a repetirse año tras año. Es más, su importancia no hizo sino demostrarse en un 2020 difícil debido a las restricciones por la crisis sanitaria, ya que el 70% de la caída en su facturación registrada durante ese periodo se debió, precisamente, a las bebidas carbonatadas y similares. Ni si siquiera su
, tradicionalmente una pieza clave del crecimiento de este mercado, fue suficiente para evadir el impacto de la pandemia.
Dentro de las diferentes variedades, no obstante, son aquellas con gas las que gozan de mayor popularidad entre los consumidores. Su ingesta anual no baja de los 180.000 millones de litros al menos desde 2014, lo que representa más de la mitad del consumo mundial de este tipo de brebajes. Son asimismo las que más ganancias reportan al sector y se prevé que sigan siéndolo durante el próximo quinquenio, aunque las
bebidas no carbonatadas le pisan los talones, con unas ventas que en 2023 rondaron los 178.000 millones de dólares estadounidenses.
Estados Unidos domina el mercado
Ahora bien, es de sobra conocido que si hay un país que lidera el sector ese es
Estados Unidos. Tan solo en 2023, ingresó casi 110.000 millones de dólares gracias a los refrescos, triplicando así la cantidad facturada por Nigeria, en segundo lugar. Pero estos datos no son más que el reflejo de la alta demanda de este producto que existe dentro de sus fronteras. Los alrededor de 190 litros de gaseosas y sus diferentes variedades ingeridos de media por cada ciudadano en 2023 convierten al Tío Sam en el país con
mayor volumen de consumo per cápita a nivel global. Ante esta situación, no sorprende que a día de hoy continúe manteniéndose como el
máximo consumidor de bebidas no alcohólicas del mundo, ni que haya sido en su territorio donde nacieron dos de los máximos referentes de la industria mundial.
Coca-Cola y Pepsi, la eterna competencia
Y esos dos nombres no son otros que The Coca-Cola Company y PepsiCo. Aunque ambas deben su origen a la farmacia —dos profesionales de dicha disciplina fueron los creadores de las fórmulas que hoy son su factor diferenciador—, la primera de ellas nació alrededor de una década antes que su histórico rival. Este tiempo sin competidores directos ayudó a la multinacional dirigida por James Quincey a posicionarse positivamente entre un público que deseaba una bebida no alcohólica con cuerpo y de sabor agradable. La buena acogida no ha cesado desde entonces, en especial, en lo que respecta a su marca insignia, Coca-Cola, que continúa alzándose como la
más valiosa del mundo dentro de las “bebidas vírgenes” a una diferencia de más de 75.000 millones de Red Bull, en segundo puesto. Esta ligera desventaja inicial no ha impedido, sin embargo, que PepsiCo se haga con una clientela fiel, que el posterior lanzamiento de opciones sin gas como el té helado Lipton no ha hecho sino afianzar. Además, en términos financieros, la empresa con sede en Nueva York no tiene nada que envidiar a la firma georgiana. Y es que las ventas de ambos gigantes nunca bajan de los 30.000 millones de dólares, colándose siempre entre las diez
primeras compañías dentro del sector de bebidas sin alcohol.
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