Desde 1990, el uso mundial de plaguicidas casi se ha duplicado. Aunque las ventas de productos fitosanitarios han aumentado en todas las regiones del mundo, los mayores incrementos se han producido en Sudamérica, Oceanía y África. En Europa, el consumo se ha estabilizado en los últimos diez años.
En términos absolutos, España es uno de los tres mayores consumidores europeos de pesticidas, junto con Francia e Italia. Sin embargo, si observamos el uso de pesticidas en relación con la superficie cultivada, España está bastante lejos de los tres primeros puestos. La agricultura española utilizó una media de 2,6 kilogramos de plaguicidas por hectárea de tierra en 2020, según la FAO, menos que la media europea de ese año (3,3 kg para la UE). Como muestra nuestro mapa, las cifras varían desde más de diez kilos por hectárea en los Países Bajos hasta menos de un kilo por hectárea en Estonia, Noruega, Suecia y Rumanía.
La naturaleza y las cantidades de plaguicidas utilizados varían mucho según el tipo de cultivo, por lo que existen grandes diferencias entre países (y también entre regiones de un mismo país). Los territorios que han desarrollado una agricultura muy especializada, con cultivos intensivos que requieren pesticidas, como las patatas, los frutales y los viñedos, suelen tener los valores más altos.