Era la tarde del 31 de julio de 1992 en Barcelona y una judoca de Valladolid iba a hacer historia. Míriam Blasco, en la categoría de -57 kg, logró con 28 años la primera medalla de oro olímpica de una mujer española. Hacía apenas cinco meses del bronce de la añorada Blanca Fernández Ochoa en el eslalon de los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, pero el honor de convertirse en la primera campeona olímpica del país recayó en la vallisoletana, que supo reponerse de la pérdida de su entrenador en un terrible accidente de tráfico semanas antes.
Desde entonces, el deporte femenino español no ha faltado nunca a su cita con el podio en los
Juegos Olímpicos de Verano. Es más, tanto en Londres 2012 como en Río 2016,
las mujeres superaron en el medallero a sus compañeros varones. Figuras como la halterófila Lydia Valentín o
la nadadora Mireia Belmonte, máxima medallista olímpica empatada a cuatro con la tenista Arantxa Sánchez Vicario y la nadadora de sincronizada Andrea Fuentes, son claros exponentes de una generación de oro.
Deporte federado
La llegada tardía de los primeros grandes éxitos internacionales de las deportistas españolas no es sino el reflejo de una sociedad en la que el deporte tardó mucho en formar parte de la vida de la mayoría de las mujeres. Por suerte, actualmente existen cerca de 900.000
licencias de niñas y mujeres federadas en España en las más diversas especialidades deportivas. Entre las
federaciones con más licencias destaca la de baloncesto, por delante de la de golf y la de montaña y escalada. El fútbol, con algo más de 65.000 licencias, ocupa el cuarto lugar por delante del voleibol. Aun así, sigue habiendo muchas más licencias masculinas, una brecha de género que se agudiza en la edad adulta y se evidencia también en el número de entrenadoras y de representantes en altos cargos federativos. No obstante, la mayoría de federaciones olímpicas trabajan desde hace años por la igualdad de género.
Educación y empleo
El deporte también es muy relevante en el sistema educativo, así como en el mundo laboral en general. La presencia de la mujer española en enseñanzas deportivas y en empleos vinculados al deporte es cada vez más alta, aunque aún está lejos de igualarse a la del hombre. En el ámbito universitario las mujeres representan el 21% del
alumnado matriculado en enseñanzas deportivas, un porcentaje que se queda en el 14% en el caso de las
enseñanzas no universitarias, donde las mujeres suponen el 16,2%. En términos globales, sin embargo, las españolas ocupan algo más del 40% de los empleos vinculados al deporte en el país. En terrenos tradicionalmente masculinos como el
periodismo deportivo o el
arbitraje de máximo nivel, se ve cómo cada vez más mujeres consiguen hacerse un hueco.
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