Llegados a este punto, cabe preguntarse qué tipo de trabajos son los desempeñados por las mujeres en un país predominantemente orientado al sector terciario. Si se analizan las cifras de trabajadores por rama de actividad, llama la atención la existencia de una profunda y heredada división entre tareas típicamente femeninas y masculinas. Así, por ejemplo, sectores como la construcción siguen estando principalmente ocupados por hombres, mientras que las actividades sanitarias y educativas cuentan con mayor participación de mujeres. Un caso similar es el experimentado por las actividades vinculadas al ámbito doméstico, donde un 5,8% de mujeres desarrollan su actividad frente a menos de un 1% en el caso de los hombres.
En este sentido, la mujer ha venido realizando un loable esfuerzo para reducir estas diferencias y hacerse visible en ámbitos en los que hasta ahora su presencia era minoritaria o estaba reservada casi exclusivamente al hombre. Muestra de ello es que en la última década la presencia femenina se ha visto incrementada en la composición de los Gobiernos españoles, alcanzando su cénit entre 2018 y 2019, así como en los consejos administrativos del IBEX 35, que contaban con un 25% de mujeres entre sus miembros.
Si bien la participación y el rol de la mujer en el mercado laboral se ha ido afianzando en las últimas décadas, la desigualdad sigue dando mucho de qué hablar. Conceptos como el "techo de cristal" o la "brecha salarial" están a la orden del día y para comprobarlo basta con analizar las cifras salariales. Según los últimos datos disponibles, la mujer seguía ganando en 2017 de media 3.300 euros menos que el hombre por un puesto a jornada completa. Situaciones como esta son las que han llevado a España a situarse entre las últimas posiciones en el ranking de los países de la OCDE participantes en el Women in Work Index 2020. Este índice se elabora a partir de la media ponderada de varios indicadores que reflejan el empoderamiento económico de la mujer en varios ámbitos como las diferencias de sueldo, el porcentaje de mujeres que trabajan a jornada completa o la tasa de desempleo.