La industria química en España - Datos estadísticos
El sector químico engloba a algunas de las empresas más importantes del mundo y se ocupa de la transformación, a través de procesos químicos, de las materias primas orgánicas e inorgánicas en productos químicos básicos, productos intermedios y bienes de consumo. Dependiendo del destino del material producido, puede subdividirse en dos categorías: la industria química de base (que produce materias primas básicas y productos intermedios que sirven de insumo a otras industrias) y la industria química de transformación (que elabora productos de consumo directo al cliente final).
Una estable fuente de riqueza
La rama química experimentará un crecimiento de la demanda a corto y medio plazo. Por ello, deberá incrementar su producción para ajustarla a la nueva realidad. No en vano, la huella en sus cifras de negocio del brote de la COVID-19, que amedrentó el panorama económico durante 2020 y 2021, no fue fuerte como en el caso de otros segmentos.
En España, su relevancia socioeconómica ha contribuido a generar riqueza y empleo. De hecho, en contraposición a otros sectores afectados por la recesión económica que comenzó en 2007, la industria química española logró incrementar su facturación. Esto se debe, entre otros motivos, al aumento considerable de la inversión global y, más específicamente, en investigación y desarrollo (I+D). Otra de las razones que le ha ayudado a mantener su nivel de crecimiento es su notable actividad exportadora, especialmente dentro de la Unión Europea, gracias a países como Bélgica, Francia, Alemania o Italia.
Responsabilidad ambiental: ¿un tema pendiente?
No obstante, la realización de las actividades ligadas plantea diversos problemas relacionados con los recursos energéticos, el cambio climático, la salud de los consumidores, la agricultura o el agua. Para reducir el impacto ambiental y fomentar un desarrollo sostenible, la industria química deberá introducir tecnologías respetuosas con el medio ambiente, implementando materiales y combustibles avanzados, así como nuevos sistemas de almacenamiento energético y reciclaje.
Una estable fuente de riqueza
La rama química experimentará un crecimiento de la demanda a corto y medio plazo. Por ello, deberá incrementar su producción para ajustarla a la nueva realidad. No en vano, la huella en sus cifras de negocio del brote de la COVID-19, que amedrentó el panorama económico durante 2020 y 2021, no fue fuerte como en el caso de otros segmentos.
En España, su relevancia socioeconómica ha contribuido a generar riqueza y empleo. De hecho, en contraposición a otros sectores afectados por la recesión económica que comenzó en 2007, la industria química española logró incrementar su facturación. Esto se debe, entre otros motivos, al aumento considerable de la inversión global y, más específicamente, en investigación y desarrollo (I+D). Otra de las razones que le ha ayudado a mantener su nivel de crecimiento es su notable actividad exportadora, especialmente dentro de la Unión Europea, gracias a países como Bélgica, Francia, Alemania o Italia.
Responsabilidad ambiental: ¿un tema pendiente?
No obstante, la realización de las actividades ligadas plantea diversos problemas relacionados con los recursos energéticos, el cambio climático, la salud de los consumidores, la agricultura o el agua. Para reducir el impacto ambiental y fomentar un desarrollo sostenible, la industria química deberá introducir tecnologías respetuosas con el medio ambiente, implementando materiales y combustibles avanzados, así como nuevos sistemas de almacenamiento energético y reciclaje.
