España se considera un país de referencia a nivel europeo en vacunación infantil, con una cobertura del 97%. No obstante, en el caso de la población mayor de 65 años, la cobertura de vacunación antigripal se sitúa en torno al 56%, lo que posiciona al país muy por debajo de los objetivos marcados por la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, existen ciertas controversias respecto a la efectividad real de la vacunación. Entre los argumentos más empleados por los detractores de esta práctica destacan la idea de que las vacunas no funcionan, que son o pueden ser peligrosas o que la obligatoriedad de las mismas va en contra de los derechos individuales o principios religiosos. En algunos casos, la disminución en el uso de determinadas vacunas y la puesta en marcha de campañas contra la vacunación han dado como resultado un incremento de la mortalidad, incluso con enfermedades que se consideraban completamente erradicadas.