Si bien estos han ido evolucionando a medida que lo hacían las necesidades de la población, los productos de belleza llevan siglos siendo parte de la sociedad. Así, hoy en día, hay una inmensa variedad, que incluye desde aquellos para el cuidado de la piel y el cabello hasta maquillaje, perfumes y otros artículos de tocador. Ahora bien, en los últimos años, ha habido una creciente concienciación tanto sobre los posibles efectos secundarios de los ingredientes artificiales utilizados en algunos de ellos como sobre la extendida práctica del testeo en animales entre ciertas empresas del sector. Esto ha llevado a muchos consumidores a recurrir a los llamados “cosméticos verdes” en su intento por encontrar alternativas que supongan un menor riesgo para la piel y para el medio ambiente. No en vano, términos como “ingredientes limpios” o “cruelty-free” están entre los
. Como resultado, el
se ha visto altamente reforzado. Ya en 2023, su tamaño rondaba los 21.500 millones de dólares —lo que en términos relativos representa alrededor del 12% de la industria cosmética global— y se estima que este valor supere los 37.400 millones en apenas una década.
Asia a la cabeza de la industria
Asia, sin duda, ha desempeñado un papel clave en dicho auge. A fin de cuentas, aproximadamente el 50% de los ingresos registrados anualmente en el mundo debido a la venta de estos artículos se generan dentro de sus fronteras. Pero esta situación no llama la atención si se considera que siete de los
15 países que más dinero reportan a esta industria se encuentran precisamente en esta zona geográfica. Entre todos ellos, no obstante, destaca China, que se ha afianzado con el paso del tiempo como el líder indiscutible en todos los segmentos y que, en total, reportó más de 9.000 millones de dólares solo en 2022. Estados Unidos, su eterno rival sobre todo en el terreno de los esmaltes de uñas, delineadores y similares, facturó alrededor de 2.620 millones menos en ese mismo periodo.
Del mismo modo, el continente milenario es unos de los grandes exportadores de muchos elementos fundamentales en la elaboración de esta cosmética. Es el caso de
aceites vegetales como el de coco, donde Indonesia, Filipinas y Malasia marcan una clara diferencia frente al resto, englobando entre los tres el 76% de los envíos de este ingrediente natural. India, por su parte, es la
principal procedencia de los aceites esenciales de menta y similares, aunque queda relegada a una posición más secundaria cuando se habla de otras variedades como las de
naranja o limón, ya que allí se observa un dominio de Sudamérica y, en especial, de Brasil y Argentina respectivamente.
El comercio electrónico sigue ganando peso
A cierre de 2022, alrededor del 16% de la
cifra de negocio global del maquillaje natural tenía su origen en el comercio electrónico. Dicho de otra forma, el sector ganó alrededor de 1.822 millones de dólares gracias a Internet. De dicha cantidad, casi dos terceras partes provinieron de los dispositivos móviles, que, por su ubicuidad, continúan alzándose como el dispositivo predilecto a la hora de realizar esta clase de compras. Estos datos, siempre relevantes, cobran aún más sentido si se tiene en cuenta que los más jóvenes parecen haberse convertido en el público objetivo de este mercado. En concreto, son los menores de 24 años, o lo que es lo mismo, los pertenecientes a la denominada
Generación Z, los que se muestran más dispuestos a pagar más por un producto que no contenga ingredientes sintéticos o químicos. Asimismo, la mayoría de ellos reconoce confiar en la opinión de los
influencers que ven online; razón por las que marcas como Le Pure, Welada o RMS han buscado vincularse comercialmente con celebridades como Victoria Beckam, Paula Echevarría o Meghan Markle, de gran llegada no solo entre dicha franja de edad, sino también entre los
millennials. Y es que entre los consumidores de 25 a 40 años también existe un elevado grado de penetración de la cosmética natural y orgánica. En Europa, por ejemplo, aproximadamente el 72% de los individuos de este grupo demográfico los empleaba, superando incluso ligeramente el porcentaje de uso registrado entre los
Gen Z.
Este texto proporciona información general. Statista no se hace
responsable de la veracidad o exactitud del contenido. Nuestros
ciclos de actualización varían, de modo que las estadísticas
pueden contener información más actual que la recogida en el texto.