En los últimos años, las remesas a nivel global han mostrado un notable incremento, pasando de 702.000 millones de dólares en 2020 a 831.000 millones en 2022, según datos del Banco Mundial recogidos por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Este crecimiento, cercano al 20%, refleja una sólida recuperación tras la fuerte caída registrada en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, la OIM señala que la magnitud e importancia real de las remesas superan las cifras oficiales del Banco Mundial, ya que estas no incluyen los flujos de remesas no registrados que se realizan tanto por vías formales como informales.
Los países con altos ingresos son casi sin excepción los principales lugares de procedencia de estos envíos de dinero que los migrantes hacen directamente a sus familias o comunidades en los países de origen. Por decenios, Estados Unidos ha sido el principal país de origen de remesas. En 2022, tuvo una salida total de 79.000 millones de dólares estadounidenses. Le siguen Arabia Saudita con 39.350 millones de dólares estadounidenses y Suiza con 31.910 millones de dólares estadounidenses.
Los envíos de dinero internacionales son especialmente importantes para los países de bajos y medianos ingresos. Los tres países que recibieron más remesas en términos absolutos en 2022 fueron, por este orden, India, México y China países que cuentan con grandes diásporas, con entradas superiores a 111.000 millones de dólares estadounidenses, 61.000 millones de dólares estadounidenses y 51.000 millones de dólares estadounidenses, respectivamente.