La concienciación ambiental cada vez cala más hondo en todas y cada una de las esferas de la vida cotidiana. Medidas tradicionales como reciclar, tomar el transporte público o ducharse en lugar de bañarse parecen no ser suficientes para paliar el cambio climático. El ecologismo va día a día un paso más allá, abriendo nuevas puertas o reabriendo algunas que habían permanecido cerradas por un largo tiempo. Una de estas últimas es la adquisición de
o reacondicionados. Si bien durante algún tiempo los productos usados parecían haber quedado relegados a los amantes del estilo
o a personas con bajos recursos económicos, estos han pasado a convertirse en una tendencia atractiva y sostenible.
Perfil del consumidor
El último trienio no ha sido especialmente fácil para el bolsillo del consumidor. La COVID-19 y la guerra ruso-ucraniana han puesto en jaque la economía a nivel mundial, al mismo tiempo que han situado a muchas familias al borde de la quiebra. Ahora bien, el factor económico no es el único que mueve al consumidor de productos usados, ya que se trata de un
comprador joven, consciente e informado, que aboga por un consumo responsable —además de por una buena relación calidad-precio—. Llegado este punto, cabe preguntarse en qué
países la población es más receptiva a adquirir productos usados o reacondicionados. Para sorpresa de muy pocos, el primer puesto lo ocupa uno de los
principales exportadores de ropa usada del mundo, mientras que la segunda posición se la disputan Estados Unidos, Finlandia e India; estos tres últimos empatados con un porcentaje de compradores del 60% y una diferencia de seis puntos porcentuales respecto a China.
Como era de esperar, la edad ha tenido un impacto directo en los canales de distribución. Dicho de otra forma, no todos los interesados acuden regularmente a los mercadillos de pulgas o rastros. En este contexto, las nuevas tecnologías se erigen como sus grandes aliados y los
marketplaces de productos de segunda mano se han convertido en excelentes espacios virtuales donde potenciales compradores y vendedores interactúan sin límites espacio-temporales.
Ropa y artículos de lujo entre los más deseados
La compraventa de segunda mano de algunos productos como automóviles o viviendas es algo normalizado en casi todos los países del mundo. Sin embargo, son otros sectores como el de la ropa, los artículos de lujo o los
teléfonos móviles reacondicionados los que han experimentado una mayor explosión de su demanda. Así, por ejemplo, el tamaño del
mercado de segunda mano de ropa estimado para 2023 asciende a 211.000 millones de dólares estadounidenses y seguirá incrementándose en los próximos años hasta rebasar la barrera de los 300.000 millones en 2026. En términos relativos, este segmento supone ya más del 5% de las
ventas globales de moda. Pero no solo eso, las prendas de ropa usada podrían llegar a representar de media el 18% de la
composición de un armario estándar en 2031. Un caso similar es el experimentado por los
artículos de lujo, cuyo valor de mercado rondó los 20.000 millones de dólares en 2022 y llegaría casi duplicarse durante el próximo sexenio.
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