El sector vinícola es de extraordinaria relevancia en España, no solo desde el punto de vista económico o medioambiental, sino también desde el social y cultural. Tinto, blanco, dulce o fortificado, el vino es una de las bebidas preferidas para acompañar las tradicionales tapas y también un elemento socializador clave. No en vano, España se encuentra entre los
, aunque no alcance los niveles de países como Estados Unidos o Francia. Quizá por eso, España no logre clasificarse entre los cinco primeros cuando se habla del consumo por persona. Y es que, el país queda muy lejos del volumen que los portugueses, líderes mundiales en este aspecto, beben de medía al año.
A grandes rasgos, el mercado vitivinícola se desglosa en vinos con Denominación de Origen Protegida, como los populares Rioja o Ribera del Duero, aquellos con Indicación Geográfica Protegida —también conocidos como vinos de la tierra— y los vinos de mesa. Ahora bien, son precisamente estos últimos, junto con los denominados vinos tranquilos, los
más ingeridos por la población española. En cuanto al
color del vino, el consumidor nacional parece decantarse por los tintos, si bien la distancia con los blancos se ha ido acortando notablemente con el paso de los años.
La producción vinícola en España
La industria española del vino ha visto como su producción disminuía en casi ocho millones de hectolitros en el último año. En concreto, España produjo 28,3 millones de hectólitros en 2023, lo que supuso cerca del 12% de la fabricación global de este tipo de bebida alcohólica. No sorprende por ello, que, no solo sea uno de los
diez principales productores de vino del mundo un año más, sino que vuelva a situarse en el podio junto a Francia e Italia. En la obtención de dicha cifra,
Castilla-La Mancha ha desempeñado un papel fundamental, ya que es con diferencia la comunidad autónoma en la que más vino se produce. De hecho, en dicha región se ubican la mitad de las bodegas de la empresa española más importante en términos de facturación: el
Grupo J. García CarriónEl consumo de vino en España
Si bien hubo un tiempo que el español medio tendía a consumir anualmente alrededor de diez litros de vino, tras el continuo decrecimiento experimentado en los pasados años, esta cantidad se redujo a algo menos de 7,5 litros en 2022. Generalmente una menor demanda se traduce en una disminución del dinero invertido en su compra, aunque la variación de precios puede alterar esta correlación en ciertos casos. No obstante, pese a las fluctuaciones, el
gasto per cápita de vino en España ha logrado mantenerse por encima de los 23 euros. Eso sí, la situación varía notablemente si se habla desde un punto de vista regional. Los
catalanes y los baleares por ejemplo, son los que más destinan a esta bebida alcohólica, con un gasto por habitante que sobrepasa en casi 12 euros la media nacional. Por su parte, Castilla-La Mancha, productor español de vino por excelencia, es curiosamente la que registra el menor gasto de sus ciudadanos en este producto.
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