La industria musical se trata de uno de los negocios más lucrativos del mundo. Ahora bien, eso no significa que no haya atravesado momentos de crisis donde tuvo que reinventarse para poder mantenerse a flote. El periodo comprendido entre 2002 y 2014, por ejemplo, no fue una época especialmente buena para un sector que veía como sus
. Pero la situación cambió radicalmente a partir de 2015, cuando el
—que había aparecido en el mercado una década antes— terminó de explotar. De hecho, hoy en día se trata del
— y una de las claves detrás de la supervivencia de la industria incluso en un 2020 negro para muchos artistas.
A fin de cuentas, la COVID-19 obligó a la cancelación o aplazamiento de numerosos conciertos y festivales, lo que se tradujo en cuantiosas pérdidas para el que siempre ha sido uno de los máximos garantes de este sector: la
música en vivo. La pregunta que cabe hacerse es: ¿sigue ocupando la misma posición de relevancia tras la pandemia? Los datos de 2023 parecen no dejar lugar a dudas. Y es que, por primera vez, las ganancias procedentes de este tipo de eventos superaron el umbral de los 30.000 millones de dólares estadounidenses; algo que no sorprende si se considera que, sólo teniendo en cuenta las 100 principales giras celebradas durante dicho año, se
vendieron a nivel mundial un total de 70 millones de entradas.
Estados Unidos sigue dominando
Eso sí, gran parte de estas citas tuvieron lugar en
Norteamérica y, más concretamente, en Estados Unidos. No llama la atención, de esta forma, que fuera allí donde la música en vivo generó más dinero en el último año, sobrepasando los 13.000 millones de dólares. Esta situación se repitió en el caso de la
música grabada. En concreto, los derechos de interpretación, la sincronización y las ventas físicas y digitales de álbumes y sencillos reportaron a esta nación 11.000 millones de dólares en 2023, cuatriplicando la facturación registrada por Japón, en segunda posición. Así pues, el Tío Sam sigue afianzando su claro dominio dentro del mercado musical. Ni siquiera la creciente popularidad en el panorama global del K-Pop gracias a grupos como BTS o Blackpink y de los géneros latinos —
México y Brasil han aumentado notablemente sus ingresos en el pasado año—, ni el hecho de que la
plataforma de streaming de música más usada del mundo sea europea han logrado arrebatarle el liderazgo.
Los nombres propios del mercado musical
No en vano, el
mayor promotor musical del mundo, así como las principales empresas discográficas —Universal Music (UMG), Sony Music (SME) y Warner Music (WMG)— tienen su sede en el país de las oportunidades. Sólo en 2023, Live Nation facturó cerca de 18.800 millones de dólares debido a la gestión de lugares para conciertos y festivales y al impulso de eventos de música en vivo a lo largo del Globo. Por su parte, UMG, SME y WMG acapararon entre las tres el
70% del mercado global de la música grabada, a pesar del auge de sellos independientes como Kobalt o Bertelsmann Music Group (BMG). A esto hay que añadir otro detalle para nada menor: los considerados como los premios más importantes de la industria musical son otorgados por la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos. Esto explica por qué entre los
artistas con más victorias de la historia de los Grammy, que se celebran en Los Ángeles desde 1959, existe un claro predominio de estadounidenses o, en su defecto, de cantantes y grupos que interpretan en inglés. Asimismo, la versión latina de la ceremonia también ha tenido tradicionalmente lugar dentro de sus fronteras. De hecho, tras 23 ediciones, 2023 fue la primera vez que cruzó el Atlántico, con Sevilla como la ciudad escogida para acoger la famosa entrega.
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