Inflación mundial en los alimentos - Datos estadísticos
El comportamiento de los consumidores
De acuerdo a un reciente estudio, el 65% de los consumidores que acuden a tiendas físicas y alrededor del 55% de los compradores online a nivel mundial reconocen haber sentido el impacto de la subida de los precios en los alimentos. Es más, no es para nada un dato menor el hecho de que una importante proporción de la sociedad mundial afirme tener dificultades financieras debido a los mayores costes de los bienes de primera necesidad en la actualidad, siendo los millennials los que parecen estar sufriendo más las consecuencias de la inflación en este sentido. Ante este panorama, son muchos los que han empezado a decantarse por marcas más baratas para reducir el gasto. De hecho, este es cambio más común en el comportamiento de compra de los consumidores en todo el mundo, seguido por la búsqueda de opciones más económicas en Internet, comprar menos y el uso de cupones de descuento.La razón detrás del aumento de los precios de los alimentos
Pero ¿a qué se debe esta situación? Todo se remonta a 2020. Las medidas de cuarentena obligatorias implantadas mundialmente debido a la pandemia de COVID-19 tuvieron un fuerte impacto en las cadenas de suministro, dando lugar a la tan extendida imagen en aquellos días: supermercados prácticamente vacíos debido a la escasez de productos. Esto derivó en un paulatino aumento del precio de la cesta de la compra a comienzos de ese verano que, en mayor o menor medida, se mantuvo en los meses siguientes. Sin embargo, las cosas empeoraron con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.Tanto Rusia como Ucrania son responsables de gran parte del comercio internacional de productos agrícolas esenciales, utilizados para el consumo humano y para la alimentación de animales de granja. Concretamente, ambas naciones se posicionan hoy en día como dos de los máximos exportadores de trigo del mundo, con un volumen de envíos que supera los 50 millones de toneladas métricas en el caso del país presidido por Vladimir Putin. No solo eso, entre los dos estuvieron detrás de cerca del 70% de las exportaciones de aceite de girasol durante la campaña 2022/2022.
Pero el conflicto bélico afectó la producción agraria de los implicados, además de tensar las relaciones comerciales entre estos —sobre todo en el caso de la antigua tierra de los zares con los Estados occidentales—. Ello ha desencadenado también un aumento del coste de los combustibles fósiles tras los recortes del país eslavo en el suministro, esenciales a su vez para el correcto funcionamiento del sector agropecuario y la industria alimentaria en general. No en vano, Rusia es el principal proveedor europeo de gas y petróleo y uno de los pesos pesados del panorama global. Su posición en el mercado energético la han tenido que suplir otras naciones como Estados Unidos. Esto se ha traducido en un considerable esfuerzo económico por parte de muchas naciones para comprar energía, más aún si se tiene en cuenta la devaluación experimentada por monedas como el peso argentino o el euro con respecto al dólar estadounidense. ¿El resultado? El desabastecimiento y un reforzamiento del constante encarecimiento de los alimentos. Solo durante el primer trimestre de 2022, los precios se incrementaron en más de un 20%, alcanzando un máximo histórico en marzo. En dicho mes, el índice de precios de alimentos de la FAO –FFPI por su nombre en inglés- alcanzó los 159,7 puntos. Desde entonces, las cifras han bajado levemente, aunque todavía se encuentran por encima de los 118 puntos.
En esta subida también han desempeñado un papel clave las malas cosechas de maíz y otros cultivos, así como los brotes de gripe aviar en Estados Unidos y Francia, que redujeron el suministro mundial de huevos, y las diferentes ramificaciones de las fuertes crisis políticas nacionales en varias regiones del planeta como América Latina.