Las protestas en Venezuela, motivadas por la sospecha de fraude en las elecciones presidenciales del domingo que habrían beneficiado a Nicolás Maduro, han dejado al menos una decena de muertos y cientos de detenidos en los últimos días. Esta agitación postelectoral podría representar un nuevo golpe a la ya deteriorada economía del país. En los últimos años, Venezuela ha enfrentado una inflación descontrolada, agitación política y una caída en los precios del petróleo, creando un entorno extremadamente difícil para empresas y trabajadores.
La economía venezolana ha sufrido un colapso prolongado, con una inflación de tres dígitos y una migración masiva en busca de mejores perspectivas. "Venezuela ha experimentado una recesión sin precedentes para un país latinoamericano o globalmente para un país sin guerra. La contracción económica entre 2014 y 2021 superó el 70% y alcanzó su punto más bajo", señala Asdrúbal Oliveros, director de la firma de consultoría Ecoanalítica, en una entrevista con CNN.
El país ha salido del periodo de hiperinflación que sufrió entre 2018 y finales de 2019; sin embargo, aún es prematuro considerarlo restablecido de las pérdidas acumuladas en la última década. El Producto Interno Bruto (PIB) a precios corrientes está recuperándose lentamente, con un valor estimado de 102.300 millones de dólares estadounidenses en 2024, pero sigue siendo una fracción de los niveles anteriores a la crisis. La deuda pública nacional ha aumentado a 4,2 billones de dólares en 2023, agravando aún más la situación económica. Aunque la tasa de desempleo se encuentra relativamente baja, en 5,5%, esta cifra no refleja plenamente el subempleo y el trabajo informal que enfrentan muchos venezolanos.
Si bien la inflación venezolana ya no es la más alta de América Latina, con Argentina superando el 200%, se mantenía por encima del 50% en junio de 2024. Esta inestabilidad económica sigue afectando el nivel de vida de los venezolanos. El salario mínimo ha permanecido congelado en 130 bolívares desde marzo de 2022, pero su valor se ha devaluado a aproximadamente 3,50 dólares. No obstante, en mayo de 2024, el presidente Nicolás Maduro anunció un aumento en los bonos estatales para el sector público, que incluyen el salario mínimo, un bono de alimentación de 40 dólares y un "Bono de Guerra Económica" que aumentará de 60 a 90 dólares.
Además de estos datos macroeconómicos, la deterioración de las finanzas en los últimos años también es evidente en la vida cotidiana, con más del 80% de la población viviendo en la pobreza y el 53% enfrentando la pobreza extrema. La combinación de estas presiones económicas, junto con los desafíos políticos y sociales en curso, subraya la complejidad del camino de recuperación de Venezuela.