Los medicamentos falsificados van en aumento, según los últimos datos del Instituto de Seguridad Farmacéutica. Como muestra el siguiente gráfico, la organización sin fines de lucro registró casi 6.000 incidentes de delitos farmacéuticos en 2021, un 38% más que el año anterior y la cifra más alta desde que comenzaron sus registros hace 20 años.
En cuanto a la distribución geográfica de las incautaciones de productos farmacéuticos falsificados, el mayor número se registró en América del Norte (2.442), seguida de Asia-Pacífico (1.747) y América Latina (770). Este orden se debe en gran medida a la eficacia con que los países de estas regiones identifican los delitos farmacéuticos a través de la actividad policial y las inspecciones de los organismos reguladores de los medicamentos. Como señala el Instituto, la falta de financiación o unas estructuras reguladoras inadecuadas pueden hacer que los medicamentos falsificados pasen desapercibidos.
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 10% de los productos médicos en circulación en los países en desarrollo es de calidad inferior o está falsificado. De acuerdo con el organismo, ésto significa que si las personas toman medicamentos no aptos para tratar o prevenir una enfermedad "no sólo supone una pérdida de dinero para las personas y los sistemas de salud, sino que, además, los productos médicos de calidad subestándar o falsificados pueden provocar enfermedades graves o incluso la muerte".