Los medicamentos falsificados van en aumento, según los últimos datos del Instituto de Seguridad Farmacéutica. Como muestra el siguiente gráfico, la organización sin fines de lucro registró casi 6.900 incidentes de delitos farmacéuticos en 2023, un 4% más que el año anterior y la cifra más alta desde que comenzaron sus registros hace 20 años.
En cuanto a la distribución geográfica de las incautaciones de productos farmacéuticos falsificados, el mayor número se registró en América del Norte (2.340), seguida de Asia-Pacífico (1.908). Este orden se debe en gran medida a la eficacia con que los países de estas regiones identifican los delitos farmacéuticos a través de la actividad policial y las inspecciones de los organismos reguladores de los medicamentos. Como señala el Instituto, la falta de financiación o unas estructuras reguladoras inadecuadas pueden hacer que los medicamentos falsificados pasen desapercibidos.
Según el organismo, "las regiones con un número aparentemente bajo de incidentes no necesariamente están exentas de los delitos farmacéuticos ni presentan un menor riesgo de estos. Debido a las prioridades contrapuestas de las fuerzas del orden, la falta de financiación o las estructuras regulatorias inadecuadas en ciertas regiones del mundo, los medicamentos falsificados a menudo pasan desapercibidos".
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 10% de los productos médicos en circulación en los países en desarrollo es de calidad inferior o está falsificado. De acuerdo con el organismo, ésto significa que si las personas toman medicamentos no aptos para tratar o prevenir una enfermedad "no sólo supone una pérdida de dinero para las personas y los sistemas de salud, sino que, además, los productos médicos de calidad subestándar o falsificados pueden provocar enfermedades graves o incluso la muerte".