Los niños y niñas de 8 a 11 años son más propensos a ser supervisados por sus padres cuando utilizan internet que los adolescentes de 12 a 15 años. Esto revela el estudio "Gen Alpha: the real picture", en el que la empresa de consultoría GWI investiga sobre el comportamiento en línea de la denominada "generación alfa", es decir, la conformada por los nacidos a partir del 2010.
Si bien establecer límites de tiempo para surfear la web es una de las medidas más comunes, los enfoques de las madres y padres difieren mucho según la edad de los niños cuando se trata de utilizar soluciones de control parental. Estas soluciones incluyen diferentes tipos de software y herramientas en plataformas online que permiten restringir el acceso de los menores a internet, limitar el contenido inapropiado o monitorear los mensajes que reciben. Más de la mitad de los progenitores de niños de 8 a 11 años (un 51%) elige este método para velar por la seguridad de sus hijos en internet, frente al 39% de los padres de adolescentes de 12 a 15 años. Filtrar el contenido potencialmente perjudicial es otra de las medidas más adoptadas en la infancia, con un 48%, frente al 39% en los primeros años de la adolescencia.
Los progenitores de niños de más corta edad también supervisan los sitios web y las aplicaciones que utilizan sus hijos o establecen un PIN para acceder a ciertos contenidos con mayor frecuencia que con los adolescentes. Pero incluso recurriendo a los controles parentales, aún es cuestionable el efecto de estas herramientas en la frecuencia real con la que los niños se conectan a internet o usan redes sociales. Es por eso que casi la mitad de los padres y madres también recurren al diálogo con sus hijos sobre la privacidad en internet, y en mayor medida con los adolescentes. Y es que, a medida que la edad y el uso de internet aumentan, seguir la pista de sus vidas digitales se hace más difícil.