La última década ha sido la del auge de las aplicaciones móviles. Aproximadamente desde 2010, en América Latina han surgido una gran cantidad de startups desarrolladoras de este tipo de software, en particular en el sector de pedidos a domicilio y transporte. Con más de 50 millones de descargas vía Google Play, la app de taxis brasileña 99 (anteriormente conocida como 99 Táxi) es una de las más populares del país carioca, capaz de competir con gigantes como Uber y Cabify. Otras apps de envíos como iFood en Brasil, la colombiana Rappi y PedidosYa, desarrollada en Uruguay, que acumulan más de 10 millones de descargas cada una, han revolucionado la forma en la que los consumidores latinoamericanos compran bienes y contratan servicios.
Estas iniciativas disruptivas del sector de la movilidad y los envíos priorizan sobre todo la conveniencia del consumidor al momento de la compra. Sin embargo, también han dado lugar a nuevos modelos corporativos que pueden suponer una mayor inestabilidad laboral. La aplicación de servicios de delivery Rappi, creada en Colombia y cuyo dueño es el conglomerado de origen japonés Softbank, por ejemplo, anunció esta semana que sus planes para 2020 incluyen recortar su fuerza laboral en un 6%. Esta medida forma parte de un plan de reestructuración de su modelo de negocios que implicará despedir a cerca de 300 empleados en los mercados latinoamericanos en los que actualmente opera, tales como México, Brasil y Argentina.