Las entradas de remesas en los países de renta baja y media aumentaron hasta los 685.000 millones de dólares en 2024, frente a los 647.000 millones del año anterior, según estimaciones del Banco Mundial. A nivel mundial, las remesas también crecieron, alcanzando los 905.000 millones de dólares.
En términos absolutos, India (129.000 millones de dólares), México (68.000 millones) y China (48.000 millones) fueron los principales receptores de remesas en 2024. Sin embargo, son las economías más pequeñas y pobres las que más sienten el impacto, ya que estas entradas representan una parte significativa de sus economías. Tayikistán, donde las remesas representaron el 45,4% del PIB en 2024, es uno de estos casos. Según los analistas de la OCDE, esto se debe en parte a la mayor demanda de trabajadores inmigrantes en Rusia.
Como muestra el siguiente gráfico, tres de los cuatro países en los que las remesas representaron la mayor parte del PIB fueron clasificados como "altamente frágiles" por la OCDE. Nicaragua (27,2% del PIB), por ejemplo, registró un alto nivel de remesas debido a que la inestabilidad económica y política impulsó la emigración, principalmente a Estados Unidos. Honduras también figuraba anteriormente como un contexto de "alta fragilidad" en un informe anterior de la OCDE, pero desde entonces ha sido rebajado a una calificación de fragilidad menor.
En general, la OCDE identificó 14 de 61 contextos de alta o extrema fragilidad en los que las remesas representaban más del 10% del PIB en 2023.