Nuevas tendencias mundiales de inversión - Datos estadísticos
Ahora bien, los inversores se enfrentan a un nuevo reto: ¿cómo optimizar sus inversiones en un escenario a caballo entre productos tradicionales con bajos ratios de retorno sobre la inversión y tentadoras ofertas a veces pobremente reguladas? En el presente artículo se repasan algunas de estas prometedoras opciones de inversión.
Criptomonedas y NFT
Una criptomoneda es un tipo de divisa digital que recurre a la criptografía para controlar la generación de unidades monetarias y la verificación de las transferencias de fondos de forma segura. Se han vuelto tan populares en los últimos años que su valor ha crecido como la espuma. Así, por ejemplo, el bitcoin registró en septiembre de 2021 máximos históricos por encima de los 65.000 dólares estadounidenses tras la decisión del regulador de la Bolsa de Estados Unidos (SEC) de aprobar el primer fondo cotizado (ETF), lo que representa una tentadora oferta para los pequeños y medianos inversores.
Sin embargo, no todo son ventajas, ya que las criptomonedas son extremadamente fungibles y tan volátiles que su valor puede variar bruscamente en un mismo día. Además, siguen sin estar reconocidas como medio oficial de pago, salvo excepciones como la de El Salvador, que en septiembre de 2021 se convirtió en el primer país en aceptar el bitcoin con el fin de dar un impulso adicional a su economía. Justo la actitud opuesta es la adoptada por China, que ha prohibido el intercambio, la obtención y la circulación de criptomonedas en el país.
Por otra parte, los tokens no fungibles (NFT) son activos digitales únicos, cifrados y, al igual que las criptodivisas, se hallan vinculados a la cadena de bloques (blockchain). Debido a su unicidad no pueden ser ni modificados ni copiados ni intercambiados por otros. La inversión habitual de NFT se realiza en arte o coleccionables, pero también ha comenzado a utilizarse en juegos o patentes. El principal riesgo de este tipo de inversiones radica en el desafío de evaluar los NFT adecuadamente.
Empresas de productos veganos
La mayor concienciación con problemas como el desarrollo sostenible, el cambio climático y el maltrato animal está fomentando el estilo de vida veggie (que engloba a veganos, vegetarianos, flexitarianos y otras variantes), basado en la reducción o eliminación del consumo de productos de origen animal. En este sentido, se estima que el valor de mercado de los productos veganos siga creciendo de forma rápida en los próximos años hasta situarse en torno a los 162.000 millones de dólares en 2030.
El potencial de esta nueva filosofía de vida no ha pasado desapercibido para los inversores. De hecho, las inversiones de capital de riesgo en este segmento de mercado se han disparado, llegando a multiplicarse por ocho entre 2010 y 2020. Asimismo, las empresas que se han lanzado al mercado bursátil han visto incrementado el precio de sus acciones de forma astronómica. Uno de los casos más recientes es el de Oatly, la empresa sueca fabricante de bebidas vegetales cuyo valor creció un 19% en su debut en el Nasdaq en mayo de 2021. Eso sí, cabe mencionar que cuenta con el respaldo de inversores como Oprah Winfrey, Natalie Portman o Jay-Z.
Este episodio recuerda al vivido en 2019 por Beyond Meat, que se revalorizó en un 197% tras su salida a bolsa. Además, ese mismo año, este fabricante de hamburguesas veganas lanzó a bolsa también su ETF llamado US Vegan Climate Exchange Traded, el primer fondo vegano dedicado exclusivamente a empresas que no emplean ni animales ni ningún producto derivado de estos.
Otras buenas opciones de inversión dentro de este mercado son, por ejemplo, Tyson Foods —que mediante su marca de alimentos veganos Raised & Rooted abastece al mercado estadounidense y desde 2021 también el europeo— o Impossible Foods —que tiene previsto salir a bolsa en 2022, según información facilitada por Reuters—. Esta última está valorada aproximadamente en 5.000 millones de dólares, pero habrá que esperar al próximo año para ver si corre la misma suerte que sus rivales en el mercado valores.
Criterios ESG y energías limpias
Los criterios ESG (por sus siglas en inglés Environmental, Social and Governance) hace referencia a los objetivos medioambientales, sociales y gubernamentales que tienen que alcanzar las empresas para poder ser etiquetadas como sostenibles y comprometidas con el medio ambiente. En muchos países de habla hispana son conocidos también como ASG (ambiental, social y gobernanza). Algunas firmas vinculadas al campo tecnológico que cotizan en el índice Dow Jones, como por ejemplo Adobe o NVIDIA, figuran entre los principales integrantes del listado, pero no son las únicas. Compañías del sector farmacéutico como West Pharmaceutical Services o Vertex Pharmaceutical y del comercio minorista como Pool o Best Buy también han querido integrarse en este grupo.
Una de las opciones más sencillas para invertir en proyectos que siguen los criterios ESG es hacerlo en energías renovables a través de la participación en fondos de inversión en nuevas tecnologías o en empresas que trabajen en la generación de energías limpias. A ellas se suman otras vías como las acciones, el crowdlending y los bonos verdes. Especialmente estos últimos, los bonos verdes, se han convertido en una nueva y atractiva vía para aportar un granito de arena en la lucha contra el cambio climático mientras se gana dinero, ya que el capital obtenido se destina a proyectos de control de la contaminación o al fomento de la eficiencia energética, entre otros campos.