La situación en España ha sido un claro reflejo de lo que ha ocurrido globalmente. No solo la facturación ha experimentado una tendencia creciente constante desde 2006, sino que, actualmente, cerca de la mitad de los ingresos de la industria musical nacional proceden de las ventas digitales.
Ahora bien, las suscripciones a los diferentes servicios de streaming desempeñan un papel crucial en esta realidad. Y es que cada vez son menos los españoles que descargan los archivos de música de la red. Eso sí, cuando lo hacen tienden a decantarse por la opción que no supone ningún coste monetario. Es por ello que no sorprende que la piratería continúe siendo un problema tan latente. De hecho, y pese a la ligera recuperación experimentada por la música distribuida en soporte digital en 2018, la industria dejó de ingresar en ese año más de 500 millones de euros debido a las descargas ilegales. La rapidez y sencillez para acceder a los contenidos es una de las principales razones de los españoles para optar por esta forma de adquisición ilícita.