La complejidad del proceso ha traído de cabeza a los principales fabricantes de software y hardware internacionales, que hace ya varios años se enzarzaron en una ardua competición para ofrecer productos y servicios de big data cada vez más competitivos. Los visionarios que comenzaron aquella carrera sabían lo que hacían. No en vano, la facturación por bienes y servicios de big data no ha parado de crecer. Asimismo, cada vez son más las empresas que se apuntan al carro y descubren sus bondades.
Definitivamente, el big data lo ha transformado todo: ha cambiado el tipo de información recolectada, la infraestructura de almacenamiento, los repositorios analíticos, las formas de análisis y, sobre todo, los objetivos de negocio.