Los ciudadanos galos se enfrentan hoy a un día de paro masivo por la polémica reforma de las pensiones del Gobierno de Macron, que pretende alargar la vida laboral de los asalariados y homogeneizar las condiciones en los distintos tipos de empleos. Los trabajadores del sector del transporte público, que disfrutaban de condiciones especiales en este campo hasta ahora, han limitado desde principios de mes la oferta de trenes y ferrocarriles. Los medios de comunicación galos adelantan que es probable que las protestas no se detengan en Navidad.
Los habitantes franceses tienen fama internacional por su inclinación a unirse para participar activamente en manifestaciones cuando consideran que no se respetan sus derechos laborales. Los datos de la fundación política alemana Hans-Boeckler corroboran esta creencia. De los 17 países analizados por la organización, los franceses son los que más días faltan al trabajo para protestar por sus derechos, con 118 días al año por cada 1.000 asalariados.