Una gran pantalla como la de un portátil y un manejo intuitivo y sencillo como el de un smartphone. Cuando las primeras tablets conquistaron el mercado de consumo, eran la solución provisional perfecta para muchos usuarios. Sin embargo, como los smartphones son cada vez más grandes y potentes y los portátiles mucho más ligeros que hace diez años, mucha gente no tiene claro para qué necesita una tablet.
Según la macroencuesta Statista Consumer Insights, el uso de tabletas es la mitad que el de smartphones en la mayoría de los mercados encuestados, ya que en la mayoría de los países prácticamente todos los encuestados utilizan smartphones y alrededor de la mitad tabletas.
Desde que se lanzó el primer iPad en 2010, la gente ha estado intentando averiguar qué es lo que mejor hacen las tablets. ¿Son dispositivos de entretenimiento, perfectos para ver vídeos o jugar mientras se viaja o se está en el sofá? ¿O son una herramienta de productividad, ideal para ser creativo, tomar notas o trabajar en el tren? ¿O son un poco de todo? Podría decirse que la propia industria aún está tratando de encontrar la verdadera vocación de las tablets, mientras Apple y sus rivales intentan salvar la distancia entre los smartphones y los portátiles con teclados y otros accesorios.