Un reciente estudio del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones revela un preocupante aumento en el consumo de bebidas energéticas y su mezcla con alcohol entre los estudiantes de 14 a 18 años en España. Este análisis, basado en la encuesta realizada a más de 42.000 estudiantes en 888 centros educativos en 2023, destaca una tendencia al alza tanto en el consumo de energizantes como en su consumo combinado con alcohol.
Desde 2014, el consumo de bebidas energéticas entre los jóvenes ha mostrado una tendencia al alza. Según los datos del estudio, el porcentaje de estudiantes que consumen estas bebidas ha pasado del 40,4% en 2014 al 47,7% en 2023. Según el organismo, "las prevalencias de ambos consumos son las más altas registradas hasta el momento".
Las bebidas energéticas, populares por sus efectos estimulantes, se han convertido en una opción frecuente entre los jóvenes, ya sea para mejorar su rendimiento académico o para mantenerse despiertos durante más tiempo en actividades recreativas. Sin embargo, el uso frecuente de estas bebidas conlleva riesgos, como el aumento de la presión arterial, problemas cardíacos y alteraciones del sueño, que pueden tener graves consecuencias a largo plazo.
El dato más preocupante del estudio es el aumento en el porcentaje de jóvenes que mezclan bebidas energéticas con alcohol. En 2023, el 19,5% de los estudiantes encuestados afirmó haber consumido esta combinación en los 30 días previos a la encuesta, lo que representa un aumento de más de cinco puntos porcentuales respecto al 14,3% registrado en 2014.
La combinación de bebidas energéticas con alcohol es particularmente peligrosa, ya que los efectos estimulantes de los energizantes pueden enmascarar los efectos depresivos del alcohol, llevando a un mayor consumo y aumentando el riesgo de intoxicación alcohólica y otros comportamientos de riesgo, como accidentes de tráfico o conductas agresivas.