Un 20 de agosto pero de 1897, el médico británico Ronald Ross encontró el parásito de la malaria en el estómago de una hembra de mosquito, lo que supuso la primera prueba de que estos insectos transmiten la enfermedad entre humanos. Hoy se celebra el Día Mundial del Mosquito para conmemorar este descubrimiento revolucionario.
La Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030, adoptada por la Organización Mundial de la Salud, prevé, entre otras cosas, la erradicación de la enfermedad tropical en al menos 35 países y una reducción de la tasa de mortalidad de al menos el 90%. Que este objetivo pueda alcanzarse es bastante dudoso.
En 2012 murieron en el mundo alrededor de 619.000 personas a causa de la malaria, y en 2022 los muertos fueron 608.000. El 90% de las víctimas de la enfermedad, transmitida por mosquitos hembra del género Anopheles, vive en África.
La malaria es una de las diez causas más comunes de muerte en el continente y el país más afectado es Nigeria, donde se produce alrededor de una cuarta parte de las muertes. Le siguen la República Democrática del Congo y Níger.