En las últimas décadas, el mundo ha sido testigo de una notable transformación en la percepción de las zapatillas deportivas —también denominadas playeras o tenis—, que han trascendido sus orígenes utilitarios para convertirse en un símbolo de expresión cultural e identidad vanguardista. Este cambio ha dado lugar a lo que hoy se conoce comúnmente como “cultura sneaker”.
Inicialmente diseñadas con fines deportivos, la introducción de líneas de calzado de marcas como Adidas y Converse a mediados del siglo XX marcó el inicio de las zapatillas como algo más que calzado funcional. Con el tiempo, el fenómeno de las zapatillas se extendió más allá del deporte y encontró su lugar en el hip-hop y la cultura popular. Las zapatillas, que en su día se consideraban inapropiadas en entornos formales o profesionales, empezaron a liberarse de los confines del gimnasio y la calle y se abrieron paso en oficinas y salas de juntas.
Según estimaciones de Statista Market Insights, el mercado mundial de las zapatillas deportivas —excluyendo el calzado deportivo puramente funcional— alcanza actualmente un valor de alrededor de 75.000 millones de dólares estadounidenses y se espera que crezca hasta los casi 100.000 millones en 2028. Con una cuota de mercado del 18%, Nike es el claro número uno en el panorama mundial de las zapatillas deportivas. Sin embargo, esa cifra subestima el dominio de Nike, ya que tanto la marca Jordan, en segundo lugar, como Converse, en el séptimo, también son propiedad del gigante de la ropa deportiva con sede en Beaverton, Oregón (Estados Unidos).