Los vehículos eléctricos pueden ser más limpios que los que usan gasolina o diésel, pero su producción sigue requiriendo una gran cantidad de recursos de la Tierra. El litio, por ejemplo, es un metal esencial para la fabricación de las baterías de los automóviles eléctricos.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, las minas de litio produjeron un total mundial estimado de 100.000 toneladas en 2021, lo que representó un pico de producción. Con la fabricación de vehículos eléctricos creciendo a un ritmo cada vez mayor, este pico va a tener que ser superado por un margen considerable en los próximos años.
En el informe “El mercado de litio. Desarrollo reciente y proyecciones al 2030”, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) ya estimó que la demanda de carbonato de litio equivalente en 2021 ascendió a las 465.000 toneladas. De cara a 2030, con el cese de la producción de vehículos de gasolina y diésel que se avecina en varios mercados clave, se prevé que esta alcance los 2,1 millones de toneladas. Para entonces, se espera que los vehículos eléctricos sean los principales impulsores de la demanda de litio. “El crecimiento esperado de la demanda de litio depende fundamentalmente del crecimiento de la electromovilidad”, detalla el documento.