UNICEF afirmó esta semana que la pandemia está dejando una “pérdida casi insuperable” en la educación de millones de niños y alertó de que más de 635 millones de estudiantes todavía siguen afectados por el cierre total o parcial de las escuelas. La organización calcula que en los países de ingresos bajos y medios, las pérdidas de aprendizaje debidas al cierre de las escuelas han hecho que hasta el 70% de los niños de 10 años sean incapaces de leer o comprender un texto sencillo, frente al 53% anterior a la pandemia.
Uganda es el país donde se produjo el cierre de escuelas más prolongado durante la pandemia, con 60 semanas de cierre completo y 23 de cierre parcial entre febrero de 2020 y octubre de 2021. El nuevo curso comenzó oficialmente el 10 de enero, pero, como muestra un reportaje de The Guardian, con múltiples complicaciones, incluyendo que algunos recintos escolares hubieran sido reutilizados para otros fines, así como la nula participación de los estudiantes y la falta de fe en el regreso de la enseñanza presencial.
También hay varios países latinoamericanos entre aquellos con los cierres escolares más largos debido a la COVID-19 al 31 de octubre de 2021. Bolivia experimentó la segunda clausura más larga a nivel global, con 43 semanas de cierre total y 39 de cierres parciales, mientras que más países de América Central y del Sur ocuparon los puestos 5 a 14. Venezuela fue el tercer país del mundo con los cierres totales más prolongados, con 61 semanas.
Los cierres de escuelas en India y Nepal también se encontraban entre los más largos del mundo al 31 de octubre de 2021, pero los cierres totales fueron más cortos en estos países. El récord mundial de cierre total más prolongado a esa fecha lo tenía Bangladés, con 63 semanas.