Todavía habrá que esperar para que los viajes y el turismo vuelvan a formar parte del calendario anual de los latinoamericanos. O al menos eso indican las estimaciones publicadas esta semana por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la UNCTAD, en las que se prevén cuantiosas disminuciones en el PIB de muchos países de la región por los ingresos que el sector turístico no percibirá este año, a causa de la continuación de la pandemia.
América Central es una de las regiones más afectadas del mundo por la baja actividad turística. En un escenario pesimista en el que los arribos de turistas internacionales se redujeran un 75% en 2021 con respecto al año anterior, el producto interno bruto (PIB) de Centroamérica podría caer casi un 12% interanual. En un pronóstico más moderado, una disminución del 63% en las llegadas de viajeros desde el exterior generaría una recesión económica del 7,5% en esta región. En el Caribe, el peor escenario podría originar una reducción del 2,5% del PIB, mientras que en el resto de América Latina esta previsión se sitúa cerca del -2%.
De los países latinoamericanos analizados, la economía ecuatoriana es la que se encontraría más vulnerable al descenso de los ingresos turísticos, con una baja del 9% del PIB en el peor escenario y del 5,5% en el más moderado. México y Brasil, que son algunos de los países que menos restricciones impusieron al turismo en todo el mundo desde que se desató la pandemia, son los que se verían menos perjudicados, con una retracción económica de un poco más del 1% en el caso de México y de menos del 1% en Brasil. Cabe aclarar que estos descensos del PIB podrían ser atenuados con medidas de estímulo fiscal de los gobiernos y el avance de las campañas de vacunación en cada país.