Entre las nefastas consecuencias que la pandemia de COVID-19 ha traído consigo, está el resurgimiento del plástico de un solo uso. Y es que, para evitar el riesgo de infección frente al virus, muchos productos de plástico, en su mayoría desechables, se han convertido en casi indispensables para el día a día. Esto es, mascarillas, guantes, pantallas de protección, botellas de desinfectante para manos, kits de prueba, recipientes para llevar comida y un largo etcétera. Este aumento de residuos plásticos de un solo uso supone un grave problema de contaminación, del que ya han alertado diversos organismos, entre ellos, la ONU.
Ya en 2019, el año previo a la pandemia, más de 130 millones de toneladas de plásticos de un solo uso se tiraron en el mundo, según el Índice de fabricantes de residuos plásticos, publicado el pasado mes de mayo por la Fundación Minderoo. Entre los quince países que más residuos plásticos de un solo uso generaron ese año se encuentra España, con casi 1,6 millones de toneladas. El país también destaca por la cantidad de residuos de este tipo que produce per cápita: 34 kilos anuales. Los tres países más poblados del mundo, China, Estados Unidos y la India, encabezan este ranking, aunque la cantidad de plástico de un solo uso desechado por persona varía notablemente entre ellos. Mientras los indios apenas generaron cuatro kilos por persona en 2019, los chinos produjeron 18, y en Estados Unidos la cifra se disparó hasta alcanzar los 56 kilos de deshechos plásticos de un solo uso generados por ciudadano.