Desde que el coronavirus empezara a extenderse por todo el mundo, los gobiernos de los distintos países han ido adoptando una serie de medidas para proteger a sus ciudadanos y contener la propagación de la COVID-19. La Universidad de Oxford ha reunido datos sobre estas políticas gubernamentales y ha dividido sus hallazgos en cuatro índices: respuesta general del gobierno, apoyo económico, contención y salud, y rigurosidad. Este último califica la severidad de las medidas que los gobiernos han adoptado para hacer frente a la pandemia. Para medir la rigurosidad de las medidas anticovid de los distintos países, se han tenido en cuenta nueve índices, como el cierre de escuelas y sitios de trabajo, las restricciones a los viajes o los requisitos de permanencia en casa.
En una escala de 1 a 100, donde 100 implica máxima severidad de las medidas adoptadas por los gobiernos para combatir la pandemia, España obtuvo 62,5 puntos, una de las puntuaciones más altas de Europa. De hecho, a mediados del mes de marzo, el gobierno español declaró el Estado de alarma en el país ante la propagación de la pandemia. Esta situación se mantuvo hasta el 21 de junio, e implicó, entre otras, la restricción a la circulación de los ciudadanos o la suspensión de la actividad escolar presencial. Bielorrusia, Lituania y Estonia, con puntuaciones inferiores a 20, son los países europeos con las políticas anticoronavirus más laxas de Europa.