En los últimos meses, el malestar político y social ha estallado en América Latina. Desde el extremo sur del continente hasta el Caribe, un total de nueve países de la región han sido escenario de protestas masivas contra los gobiernos de turno.
No todas las movilizaciones revisten la misma gravedad ni tampoco se puede trazar una línea ideológica o política que permita explicarlas de manera uniforme. Aun así, algunos de los reclamos que se repiten en la región reflejan un descontento generalizado con el rol del Estado en áreas básicas como salud, educación e infraestructura. Si bien los sucesos han tenido distintos grados de repercusión según el país, parece existir una concentración de movilizaciones y crisis políticas en los países andinos, como muestra el siguiente gráfico de Statista.
Chile, cuya economía es considerada una de las más prósperas y estables de Latinoamérica, es uno de los casos más resonantes, en gran parte por lo multitudinarias que han sido las protestas y la violencia con la que han reprimido las fuerzas de seguridad. Bolivia, por su parte, se encuentra sumergida en su peor crisis institucional de la última década, tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia el pasado 10 de noviembre y la designación de la opositora Jeanine Áñez como presidente interina.