Los malos resultados financieros tuvieron un impacto evidente en la fuerza de trabajo dentro del sector. Y es que, el 2020 marcó también el fin de ocho años de continua disminución de las cifras de paro. De esta forma, el número de desempleados en la industria del calzado y cuero en España se incrementó en más de 1.300 personas, situándose así en valores similares a los registrados a cierre de 2018. En 2021, el levantamiento de muchas de las restricciones establecidas parece haber influenciado positivamente en el sector, que alcanzó los valores de desempleo más bajos de la pasada década.
La industria española del calzado sigue dependiendo del exterior
Pese a que en España existen más de 3.000 fabricantes de calzado, la mayoría de zapatos que se consumen en el país llegan desde el exterior y, más concretamente, de China. El país asiático se ha afianzado año tras año como el principal origen del calzado vendido en el mercado español. Solo en 2021, se comercializaron en España más de 146 millones de pares procedentes de las fábricas chinas. Es más, si se tiene en cuenta que en dicho año el volumen total de importaciones de zapatos se situó en torno a los 260 millones de pares, la probabilidad de que gran parte de las tiendas nacionales contaran en sus escaparates con al menos algo de calzado made in China fue bastante elevada.En lo que respecta a la exportación, y pese a que la industria española ha encontrado en Francia e Italia grandes clientes del calzado nacional, lo cierto es que el sector tiene todavía un largo camino a recorrer en lo que respecta a exportación. En 2021, pese al notable crecimiento de los envíos, se alcanzó el segundo peor dato del último septenio, algo en lo que seguramente el estancamiento de la producción haya desempeñado un papel clave. Por ello, no sorprende que el saldo negativo de la balanza comercial del sector del calzado se haya mantenido un año más, registrando un déficit de alrededor de 580 millones de euros.