En cuanto a la fuerza de trabajo dentro del sector, y tras el aumento del paro en 2020 debido a los malos resultados económicos, la paulatina vuelta a la normalidad de los dos años siguientes supuso, asimismo, un regreso a la tendencia que se venía experimentado antes del inicio de la crisis sanitaria. De esta forma, el número de desempleados en la industria del calzado y cuero en España decreció en 1.500 personas en 2022, alcanzando además el mejor dato de la pasada década al situarse por primera vez por debajo del umbral de las 9.900 personas en esta situación.
La industria española del calzado sigue dependiendo del exterior
Si bien es cierto que en España existen más de 3.000 fabricantes de calzado, la mayoría de zapatos que se consumen en el país llegan desde el exterior y, más concretamente, de China. El país asiático se ha afianzado año tras año como el principal origen del calzado vendido en el mercado español. Sólo en 2022, se comercializaron en España más de 196 millones de pares procedentes de las fábricas chinas. Es más, si se tiene en cuenta que en dicho año el volumen total de importaciones de zapatos se situó en torno a los 330 millones de pares, la probabilidad de que gran parte de las tiendas nacionales contaran en sus escaparates con al menos algo de calzado made in China fue bastante elevada.En lo que respecta a la exportación, y pese a que la industria española ha encontrado en Francia e Italia grandes clientes del calzado nacional, lo cierto es que el sector tiene todavía un largo camino a recorrer en lo que respecta a exportación, aunque 2022 fue sin duda un buen año, ya que se registró el mejor dato del último septenio. Esto, sin embargo, no bastó y el saldo negativo de la balanza comercial del sector del calzado continuó, un año más, marcando un déficit, que en esta ocasión, se aproximó a los 1.500 millones de euros.