Entre las razones que justifican el aborto terapéutico se encuentran, en primer lugar, el hecho de que exista un riesgo grave para la vida de la madre; en segundo lugar, el riesgo de enfermedad congénita o genética; en tercer lugar, en el caso de embarazos múltiples, con el objeto de reducir el número de embriones o fetos y, en cuarto lugar, en el caso de que exista un riesgo grave para la vida del hijo.
Actualmente, alrededor de 67 países del mundo permiten el aborto inducido, tanto por razones médicas como sin ningún tipo de restricción. No obstante, muchos imponen una serie de límites gestacionales de un determinado número de semanas, tal y como sucede en la mayoría de los países de Europa. A su vez, en torno a 26 países prohíben el aborto en cualquier circunstancia y tan sólo 56 lo permite en el caso de que exista un riesgo grave para la salud de la madre.
En España, según la Ley Orgánica 2/2010, la interrupción voluntaria del embarazo o aborto inducido está despenalizada durante las primeras 14 semanas del embarazo, periodo durante el cual la mujer puede decidir libremente sin la intervención de terceros. Asimismo, la mayor parte de los españoles se postula a favor de dar libertad a la mujer para optar por la interrupción voluntaria del embarazo, si bien consideran necesario que sea el Estado quien regule su aplicación.