Según un informe de Greenpeace, que analizó 112 trayectos en tren, sólo 12 pueden definirse como "grandes rutas", con más de tres trenes directos por día (diurnos y nocturnos para trayectos más largos), una buena velocidad media, fiables, (casi) siempre más baratos que un vuelo y que no cuestan más de 150 euros. Seis de estos 12 trayectos son internacionales, y la otra mitad, nacionales (entre ellos, Madrid-Barcelona). De acuerdo con el reporte, existen numerosos servicios de trenes directos entre Madrid y Barcelona, operados por Renfe, la empresa privada Aryo y OUIGO, la filial francesa de SNCF. Esta ruta es una de las pocas en las que el tren es rápido (los más veloces son viajes de sólo 2 horas y media, aproximadamente), circula con frecuencia y es más económico que el avión.
Más allá de las mejores rutas para viajar en tren por Europa, el análisis de Greenpeace también reveló algunos problemas con respecto a los servicios ferroviarios, como la "dificultad de reservar billetes de tren transfronterizos, con precios que varían según el operador, la falta de disponibilidad de billetes de tren con más de unos meses de antelación para algunas compañías y la necesidad de reservar varios billetes con diferentes operadores". La organización reclama, entonces, "un sistema de emisión de boletos más simple".