Tras más de un año sumidos en la pandemia de COVID-19, la situación es bien distinta a uno y otro lado del Atlántico. Mientras que en Estados Unidos la rápida implantación de la vacuna y el descenso del número de casos han provocado una ola de optimismo, varios países de Europa se enfrentan a otro tipo de escenario: una tercera ola de coronavirus.
Como muestra el siguiente gráfico, basado en datos de la Universidad Johns Hopkins, el promedio móvil de siete días de nuevas infecciones en Estados Unidos ha caído al nivel más bajo desde mediados de octubre en las últimas semanas, después de haber alcanzado niveles cinco veces superiores a mediados de enero. Mientras tanto, en muchos países europeos se observa la tendencia contraria, en parte debido a las nuevas variantes del SARS-CoV-2, sobretodo la conocida comúnmente como variante británica (B.1.1.7) y a que el proceso de vacunación en toda la Unión Europea está siendo mucho más lento de lo que muchos esperaban.
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