El uso de aviones no tripulados y con armas teledirigidas es polémico, especialmente cuando los utilizan las fuerzas armadas de un Estado en territorios con los que el país no se encuentra oficialmente en guerra. Con posterioridad al 11 de septiembre, Estados Unidos fue pionero en el uso de drones equipados con misiles. Con ellos, EE. UU. atacó a una gran cantidad de objetivos en países de Medio Oriente, tales como Afganistán, Irak y Siria.
Los drones militares cuentan con equipamiento de alta tecnología y, por ende, tienen un alto precio. De hecho, según las estimaciones de The Guardian basadas en los datos de Jane's Markets Forecast, propiedad de la consultora IHS Markit, los diez principales países en este segmento invertirán alrededor de 8.000 millones de dólares en estos dispositivos en la próxima década. Como muestra este gráfico de Statista, se espera que Estados Unidos sea la nación que realice el mayor volumen de compras de drones, adquiriendo nada menos que 1.000 unidades hasta 2028, un número muy superior a los 68 que se estima comprará China y los 48, de Rusia.