El retail y la industria de la moda en Chile - Datos estadísticos
Desde la década de los 80, el retail ha tenido un rol importante en los ingresos del país, llegando a representar cerca del 20% del PIB. Este sector consiste en la venta minorista de bienes y servicios en supermercados, cadenas de moda o centros comerciales, entre otros. En lo que comercio minorista de moda se refiere, las ventas en línea se han convertido en la modalidad preferida. Como consecuencia, las marcas han tenido que migrar hacia un modelo digital para satisfacer la demanda de sus clientes.
El Grupo Falabella es un consorcio empresarial chileno que engloba diversas compañías como Sodimac, Tottus y CMR Falabella. Cuenta con 50 sucursales físicas en Chile y con una plataforma web, falabella.com, que integra todas sus marcas en un solo portal. Además, el consorcio opera en siete países de América Latina, brindando sus servicios a través de sus tiendas online y físicas. Las ventas en línea han generado ingresos significativos para la empresa, registrando un valor bruto de mercancías (VBM) de casi 1.900 millones de dólares en 2022.
Por su parte, Cencosud es una compañía con presencia en múltiples sectores que incluyen supermercados, inmobiliaria, mejoramiento del hogar y servicios financieros. Sus establecimientos se encuentran en cinco países de Latinoamérica, incluido Chile, donde tiene 40 sucursales. Asimismo, con su formato Paris Cencosud, la empresa resalta por ofrecer una amplia variedad de marcas de moda. Ahora bien, al contrario de lo que ocurre con Falabella, los clientes de Cencosud siguen prefiriendo el canal de venta presencial, pese a que todas sus marcas se hayan disponibles en su plataforma web. En este sentido, el emporio chileno deberá seguir esforzándose para atrapar a su nicho de mercado en el universo virtual.
Dentro de este mercado, destaca el subsegmento de la importación de ropa de segunda mano, cuyo volumen de adquisiciones por parte del país sudamericano ascendió a más de 130.000 toneladas sólo en 2022. No en vano, el crecimiento de la industria de la moda vintage se encuentra en expansión no solo en el país sudamericano, sino también a escala mundial. Según las estimaciones más recientes, su tamaño de mercado superará los 215.000 millones de dólares en 2026 a nivel global.
Pero no todo es color de rosa y el exceso de importación de ropa también representa un grave problema medioambiental, que está generando un intenso debate en torno a una ley de revaloración y reciclaje por parte de productores y comercializadores. El comienzo se remonta a 2022, cuando diversos grupos ambientalistas denunciaron la existencia de vertederos ilegales en reservas naturales. Un ejemplo de ello es el Desierto de Atacama, donde más de 300 hectáreas de su superficie están cubiertas por desechos (en su mayoría ropa y otros objetos como repuestos de automóviles y electrónicos) que podrían tardar más de 200 años en desintegrarse.
Ventas online de retail
El auge del e-commerce entre la población ha generado que los consumidores prefieran la opción del shopping online sobre la compra in situ. De hecho, en 2022, las categorías de retail más solicitadas en línea fueron las de vestuario y calzado. Cabe destacar que las mujeres fueron las principales compradoras de ropa, así como también de zapatos. Por ello, algunos de los conglomerados más destacados del sector —como Falabella y Cencosud— han tenido que adaptarse a los tiempos modernos, direccionando sus sistemas de ventas y campañas de marketing hacia un mercado digital.El Grupo Falabella es un consorcio empresarial chileno que engloba diversas compañías como Sodimac, Tottus y CMR Falabella. Cuenta con 50 sucursales físicas en Chile y con una plataforma web, falabella.com, que integra todas sus marcas en un solo portal. Además, el consorcio opera en siete países de América Latina, brindando sus servicios a través de sus tiendas online y físicas. Las ventas en línea han generado ingresos significativos para la empresa, registrando un valor bruto de mercancías (VBM) de casi 1.900 millones de dólares en 2022.
Por su parte, Cencosud es una compañía con presencia en múltiples sectores que incluyen supermercados, inmobiliaria, mejoramiento del hogar y servicios financieros. Sus establecimientos se encuentran en cinco países de Latinoamérica, incluido Chile, donde tiene 40 sucursales. Asimismo, con su formato Paris Cencosud, la empresa resalta por ofrecer una amplia variedad de marcas de moda. Ahora bien, al contrario de lo que ocurre con Falabella, los clientes de Cencosud siguen prefiriendo el canal de venta presencial, pese a que todas sus marcas se hayan disponibles en su plataforma web. En este sentido, el emporio chileno deberá seguir esforzándose para atrapar a su nicho de mercado en el universo virtual.
Importación de ropa
Otro actor relevante en la industria de la moda chilena son las importaciones de prendas y accesorios de vestir, que se valorizaron en casi 4.000 millones de dólares estadounidenses en 2022. Aunque estas cifras son altas en relación con otros tipos de artículos, el volumen ha disminuido drásticamente mientras que el valor por unidad ha aumentado. Esto podría deberse a los cambios de los precios internacionales a raíz de la inflación.Dentro de este mercado, destaca el subsegmento de la importación de ropa de segunda mano, cuyo volumen de adquisiciones por parte del país sudamericano ascendió a más de 130.000 toneladas sólo en 2022. No en vano, el crecimiento de la industria de la moda vintage se encuentra en expansión no solo en el país sudamericano, sino también a escala mundial. Según las estimaciones más recientes, su tamaño de mercado superará los 215.000 millones de dólares en 2026 a nivel global.
Pero no todo es color de rosa y el exceso de importación de ropa también representa un grave problema medioambiental, que está generando un intenso debate en torno a una ley de revaloración y reciclaje por parte de productores y comercializadores. El comienzo se remonta a 2022, cuando diversos grupos ambientalistas denunciaron la existencia de vertederos ilegales en reservas naturales. Un ejemplo de ello es el Desierto de Atacama, donde más de 300 hectáreas de su superficie están cubiertas por desechos (en su mayoría ropa y otros objetos como repuestos de automóviles y electrónicos) que podrían tardar más de 200 años en desintegrarse.
