Transparencia Internacional publicó recientemente su Índice de Percepción de la Corrupción 2024, que mide los niveles de percepción de la corrupción en el sector público en 180 países y territorios de todo el mundo. En este índice, que los califica en una escala de 0 (corrupción elevada) a 100 (corrupción inexistente), más de dos tercios de los países (122) han obtenido una puntuación inferior a 50, con una media mundial de 43. La investigación concluye que 148 países se han estancado o han empeorado desde 2012. Sólo 32 países han reducido significativamente la corrupción durante ese período, lo que ilustra lo difícil que es lograr un cambio significativo en este ámbito.
En 2024, los países que percibieron un menor nivel de corrupción en el sector público fueron Dinamarca (90 puntos), Finlandia (88) y Singapur (84), seguidos por Nueva Zelanda (83), Luxemburgo, Noruega y Suiza (todos con 81). En el extremo opuesto del índice se sitúan Sudán del Sur (8 puntos), Somalia, Venezuela y Siria, lo que los convierte en los cuatro países del mundo más afectados por la corrupción. África y Medio Oriente siguen siendo focos de corrupción en el sector público, mientras que los países nórdicos destacan como ejemplos de baja corrupción.
Estados Unidos se situó en el puesto 28 con una puntuación de 65, la más baja desde 2012 y la continuación de una tendencia negativa que comenzó en 2015, cuando la puntuación del país alcanzó un máximo de 76. Por otro lado, la puntuación de España (56) en el índice ha empeorado cuatro puntos respecto a la edición anterior, referente a 2023.
"La corrupción es una amenaza mundial en constante evolución que hace mucho más que socavar el desarrollo: es una causa clave del declive de la democracia, la inestabilidad y las violaciones de los derechos humanos", declaró François Valérian, presidente de Transparencia Internacional. "La comunidad internacional y todos los países deben hacer de la lucha contra la corrupción una prioridad absoluta y a largo plazo. Esto es crucial para hacer retroceder al autoritarismo y asegurar un mundo pacífico, libre y sostenible".