Se espera que la demanda mundial de electricidad de los centros de datos se duplique con creces en los próximos cinco años, impulsada en gran medida por la generalización de la inteligencia artificial (IA). Así se desprende de un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) publicado el jueves.
Para finales de la década, se espera que alrededor de la mitad de la demanda mundial de energía para centros de datos proceda de energías renovables, como la solar fotovoltaica, la eólica y la hidráulica. Combinadas, las renovables son la fuente de electricidad de más rápido crecimiento para los centros de datos. Las siguientes fuentes de energía en importancia en 2030 serán el gas natural y el carbón, mientras que el papel de la energía nuclear también se espera que sea más prominente.
Como muestra el siguiente gráfico, se necesitarán diversas fuentes de energía para satisfacer las crecientes necesidades de electricidad de los centros de datos mundiales. La composición de las fuentes de electricidad utilizadas para alimentar los centros de datos depende de la disponibilidad y competitividad de costes de las distintas fuentes en los respectivos mercados. En China, por ejemplo, el carbón representa una parte mayor de la generación de electricidad que en EE. UU., que tiene una mayor proporción de gas natural.
En ambos países, la energía nuclear aumentará considerablemente, al igual que la solar y la eólica. En China, se espera que la generación de electricidad solar fotovoltaica aumente de 7 teravatios-hora en 2025 a 83 teravatios-hora en 2035, no muy lejos de los 97 teravatios-hora de Estados Unidos en 2035. En cuanto a la eólica, Estados Unidos pasará de 28 teravatios-hora a 83 teravatios-hora en diez años, casi el doble que los 44 teravatios-hora de China en 2035. Mientras tanto, Estados Unidos reducirá gradualmente su generación de electricidad a partir del carbón, y se espera que los centros de datos experimenten un descenso de 28 teravatios-hora a 7 teravatios-hora.
El informe señala que la demanda de electricidad para centros de datos no se dejará sentir por igual. Por ejemplo, en Estados Unidos representará casi la mitad del crecimiento de la demanda de electricidad, mientras que en Japón supondrá más de la mitad y en Malasia una quinta parte de la demanda.
Esta relación entre energía e IA ha suscitado dudas sobre el posible impacto medioambiental de la tecnología. Según el informe, los centros de datos de todo el mundo generan actualmente unas 180 Mt de emisiones indirectas de CO2 procedentes del consumo de electricidad, lo que equivale aproximadamente al 0,5% de todas las emisiones de combustión liberadas. Los expertos de la IEA explican que, si bien por un lado la tecnología requiere generar electricidad y, por tanto, más emisiones para funcionar, éstas podrían compensarse en cierta medida si se utilizara la IA para hacer más eficientes los sistemas y acelerar la innovación en tecnologías energéticas como las baterías y la energía solar fotovoltaica.
El Director Ejecutivo de la EA, Fatih Birol, declaró al respecto: "Con el auge de la IA, el sector energético está a la vanguardia de una de las revoluciones tecnológicas más importantes de nuestro tiempo. La IA es una herramienta, potencialmente increíblemente poderosa, pero depende de nosotros -nuestras sociedades, gobiernos y empresas- cómo la utilicemos".
Según la IEA, estos datos se basan en la combinación de combustibles de la electricidad consumida físicamente por los centros de datos (considerando tanto la generación in situ como la electricidad recibida a través de la red, teniendo en cuenta la combinación de combustibles de los sistemas eléctricos locales en los que están ubicados), y no en la combinación contractual de los distintos operadores de centros de datos.