Una encuesta realizada por Ipsos recolectó opiniones sobre la afirmación de género en menores, específicamente si los adolescentes transgénero deberían poder recibir atención de afirmación de género (asesoramiento y tratamiento hormonal, por ejemplo) con el consentimiento de sus padres. Más de 18.000 adultos participaron en la encuesta realizada entre febrero y de marzo de este año en 26 países, que muestra que el apoyo a la afirmación de género en menores varía significativamente entre los países encuestados. En Tailandia, el 81% de los entrevistados apoyan la posibilidad de este tipo de atención en menores, seguido por Chile (67%) y Sudáfrica (65%). Alemania y Polonia muestran, ambos, el 55% de apoyo, lo que coincide con el promedio de los 26 países.
En abril de este año, el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra comenzó a restringir la medicación en los tratamientos de afirmación de género para menores de edad. Se trata del quinto país de Europa que limita estos tratamientos hormonales "por falta de pruebas de sus beneficios y preocupación por los daños a largo plazo", como el aumento del riesgo de osteoporosis, retraso en el crecimiento o infertilidad. De los encuestados en el Reino Unido, el 44% apoya que los adolescentes reciban este tipo de atención.
En Suecia, el nivel de apoyo alcanzó el 40%, lo que representa el valor más bajo de los países seleccionados para el gráfico. Este país, que fue el primero en autorizar el cambio jurídico de género en la década de 1970, restringió en 2022 el acceso de los menores a tratamientos hormonales para reasignar el género debido a posibles riesgos de salud, permitiendo algunas excepciones. Cerca de 8.900 personas fueron diagnosticadas con disforia de género (se produce cuando una persona no se identifica con su sexo físico) entre 1998 y 2021, según las autoridades sanitarias de Suecia. En 2021, se registraron 820 nuevos casos de disforia de género (tendencia marcada en niñas de 13 a 17 años), lo que muestra un alza de 1.500% con respecto a los casos diagnosticados en 2008.
Por otro lado, algunos informes reportan beneficios sociales y psicológicos de las terapias hormonales en adolescentes transgénero, por ejemplo, "mejoras en síntomas de depresión y ansiedad derivados del cambio en la apariencia y en concordancia con el género deseado", según un informe de profesionales de la salud pediátrica de Madrid. Estos tratamientos "han permitido a muchos adolescentes vivir con el aspecto y el rol de género deseados, eliminándose los problemas psicológicos de la estigmatización y, fundamentalmente, de aquellos derivados de la presencia de caracteres sexuales secundarios no deseados", de acuerdo con los autores del estudio. Sin embargo, "faltan más estudios que afiancen la seguridad de estos tratamientos a medio y largo plazo que, muy posiblemente en pocos años, despejen todas las dudas que existen (...)".