Hace diez años se derrumbaba el edificio Rana Plaza —un complejo de ocho pisos con varios talleres textiles— en Bangladesh. En el accidente murieron más de 1.100 personas y más de 2.600 resultaron heridas. Desde el accidente, en muchas regiones del mundo la seguridad en el lugar de trabajo ha aumentado, garantizando entornos laborales saludables para muchos empleados. Sin embargo, investigaciones citadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sugieren que sólo en 2017 murieron 2,8 millones de personas y otros 374 millones sufrieron lesiones no mortales en su trabajo.
Según datos de la OIT, Costa Rica es el país (de los 72 analizados) con el mayor número de lesiones relacionadas con el trabajo, con 9.421 lesiones profesionales no mortales y 9,7 mortales por cada 100.000 trabajadores en 2016. Otros cuatro países latinoamericanos también aparecen entre los once más peligrosos para los trabajadores: Argentina, Chile, Uruguay y México.
Naciones conocidas por sus industrias textiles como Pakistán y Portugal también figuran en la lista de países con más accidentes laborales por cada 100.000 trabajadores. Un informe de la ONG Human Rights Watch sobre los trabajadores de la confección de Pakistán de 2019 señala empresas que no pagan a sus empleados el salario mínimo, falta de contratos escritos, despidos de mujeres embarazadas y deducciones salariales por días de enfermedad.